Vivimos en un mundo que avanza a pasos agigantados y eso afecta a todos los sectores. El de los mecanizados no iba a ser menos y en Delinte nos esforzamos día a día para integrar las nuevas tecnologías en todos nuestros procesos, como la fabricación de armarios metálicos eléctricos, cabinas tipo shelter, bastidores de muestras, etc. Nuestro objetivo es mejorar la calidad de nuestros productos y en ofrecer mejores servicios.
Somos conscientes de que en los procesos industriales no existen tecnologías de fabricación que sean ideales en términos absolutos. Cada empresa ajusta la idoneidad de su método productivo en función de los componentes que debe fabricar. Las tendencias que priman en los últimos tiempos tienden a centrarse en la disminución de los tiempos de fabricación y entrega de los productos. Y en lograr fabricar productos de alto valor que tengan una larga vida útil.
Competitividad global
Los procesos de digitalización y la hiperconectividad, hacia los que cada vez tendemos más, contribuyen a transformar la estructura de las diferentes organizaciones pero también a aumentar la competitividad a nivel global. Estar al tanto de las nuevas tecnologías parece una necesidad absoluta para empresas como la nuestra. Forman parte fundamental de la revolución científico-técnica que estamos viviendo en el ámbito productivo.
Las innovaciones tecnológicas en campos como la microelectrónica nos llevan a la creación de sistemas tecnológicos que favorecen los procesos de automatización de la producción. La unión, cada vez más clara, de la ciencia con la técnica nos llevan al surgimiento de avances en materia de electrónica, biotecnología, fuentes de energía, tecnologías espaciales así como nuevos materiales.
La aparición de nuevos materiales
El surgimiento de nuevas tecnologías tiene su origen en la búsqueda de soluciones a diversos objetivos, que se centran en minimizar los tamaños de algunas piezas, encontrar formas más baratas de energía y materiales más resistentes y duraderos, etc. Prácticamente, las nuevas tecnologías pueden aplicarse a la producción de cualquier tipo de bien. Ninguna industria parece poder quedar al margen de este proceso.
La tendencia está en lograr avances a la hora de producir productos que permiten ahorrar materiales y energía mediante el procesamiento de la información de modo intensivo.
Los nuevos materiales son la respuesta que surgió tras la Segunda Guerra Mundial a la necesidad de producir materiales que tuvieran propiedades especializadas. La ciencia y la ingeniería se unieron para modificar las propiedades de la materia. Así aparecieron los polímeros, las cerámicas y, lo que a nosotros nos afecta más directamente: los aceros.
La tendencia a sustituir los materiales tradicionales por otros más resistentes y duraderos es creciente desde el último tercio del siglo pasado. Las investigaciones se centran en conseguir propiedades específicas en estos materiales. Es el caso de la resistencia a las altas temperaturas, mecánica, corrosión y una mayor eficiencia energética, a la par de reducciones en la densidad y en peso, o bien, capacidades conductoras ampliadas, texturas, transparencia, etc.
Hemos llegado a obtener nuevas aleaciones metálicas gracias a la combinación de diferentes minerales y a la implantación de nuevos procesos. A través del control de la velocidad de enfriamiento y la solidificación de los materiales se consiguió modificar la microestructura de los materiales y las propiedades que se les asocian, logrando por ejemplo, lo aceros de alta resistencia.
Además se reduce el peso, lo que ha sido especialmente importante para las industrias de la construcción, la automotriz y también la nuestra. Nosotros centramos la producción de nuestros productos, como los armarios metálicos eléctricos, en materiales como el acero inoxidable, el aluminio y el acero al carbono.